La Economía Circular y los Sistemas Productivos (3ra Parte)

Hasta el momento sólo nos hemos dedicado a revisar los riesgos (ambientales y de salud) asociados al producto. Nos quedan otros elementos para abordar frente a la economía circular.

¿Producto o Servicio? A veces consideramos que los importante es el producto y no el servicio que ofrece nuestro producto. Voy a poner un ejemplo que se puede aplicar a muchos de nuestros productos. Pensemos que en mi empresa producimos bombillos LED. Puedo quedarme vendiendo bombillos y eso está bien, o puedo pensar en que mi producto es también un servicio. Un gran consumidor de bombillos puede tener que afrontar un problema de mantenimiento, reposición y disposición (o manejo) de bombillas usadas. Allí puedo ser un proveedor de servicios en lugar de un vendedor de productos. Mi servicio es proveer iluminación y de paso me encargo de mantener el sistema para garantizar que mi servicio sea el mejor, es algo de lo que sé y que está dentro del sentido de mi negocio. Este product-as-a-service me brinda muchas opciones de mejorar mi producto, porque estoy teniendo información en tiempo real del comportamiento (Big Data e IoT) de mi producto y esto también me lleva a escenarios donde el diseño del producto cambia para que lo pueda mantener, sustituir y actualizar más fácilmente y a la vez pueda hacer una gestión adecuada del producto usado, que ojalá se convierta en un nuevo producto y no en un residuo (allí el valor de mejorar el producto).

Gestión de mis impactos indirectos – Cuando trabajo en el producto y sus mejoras mi sistema productivo se actualiza, gana eficiencia y mi empresa gana know-how. Sin embargo hay otros elementos en mi gestión que generan impactos indirectos en la sociedad. Un ejemplo son las fuentes de energía y sus impactos tanto en el medio ambiente como en la salud de las personas. Puedo disminuir estos impactos invirtiendo en energías renovables y también en la eficiencia energética de mi sistema productivo. Si quiero ir un poco más allá, puedo buscar alternativas para convertir mi sistema productivo en Carbón Neutral.

Los impactos indirectos que genero también están en los sistemas de transporte, el manejo del agua, la remuneración en la cadena de valor de mi producto (comercio justo) y en la relación con mis consumidores. También hay impactos con mis competidores y es posible ver un trabajo en conjunto por un interés común. El mejor ejemplo es el trabajo de Coca-Cola y Pepsi para mejorar las neveras donde se comercializan sus productos. Si estas dos empresas pudieron, seguro usted también podrá.

Me queda un último tema y es el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías asociadas con mi producto. Aprenda sobre las tecnologías exponenciales (smartphones, drones, impresoras 3D, biotecnología, edición de genomas-CRISPR, la inteligencia artificial y las máquinas que aprenden solas, la nanotecnología y las energías renovables entre otras) y mire cómo éstas podrían hacer que su sistema productivo sea más eficiente.

Quieres aprender más de este tema. Te invito a que conozcas mi libro ¿Qué es eso de la Sostenibilidad? Empresas prósperas generando abundancia.

La economía circular y los sistemas productivos (2da Parte)

En la primera entrega se abordó la revisión inicial de materias primas e insumos en el sistemas productivo para hacer un acercamiento a la economía circular. Producto de la revisión quedó un semáforo que nos está indicando cuáles son las sustancias que no presentan riesgo alguno, aquellas que nos generan algún grado de desconfianza y aquellas que tengo que cambiar. Antes de empezar a hacer el trabajo de sustitución de compuestos debo abordar un tema muy importante que aborda la economía circular.

En algún momento mencionamos los ciclos a los que hace referencia la economía circular para la generación de abundancia. Por un lado tenemos el ciclo biológico donde tenemos aquellos productos que vienen principalmente de los sistemas agropecuarios y regresan al mismo como nutrientes. Por el otro lado están los materiales del ciclo técnico, que se desprenden de los minerales y los hidrocarburos para ser luego transformado en materiales.

Mi producto, sin considerar su empaque, tiene que ajustarse a sólo un ciclo. Para ello debo tener un producto libre de sustancias tóxicas que luego no puedan ser reciclados. Ahora, si tengo una sustancia tóxica en un elemento de mi producto que pueda ser reutilizada continuamente lo puedo tener, siempre y cuando garantice que tanto los trabajadores, consumidores y el medio ambiente no terminen afectados por dicha sustancia. Por supuesto también hay que considerar elementos como la calidad del producto. En este respecto cabe mencionar el reto que tienen los fabricantes de circuitos electrónicos impresos al eliminar el plomo de sus soldaduras y esto ha puesto un reto a todos los fabricantes pues sin plomo aparecen algunos defectos que acortan la vida de los productos.

¿Ya definió a qué ciclo pertenece su producto? Porque pertenezca al ciclo técnico no significa que sea un producto menos sostenible. Tampoco es cierto que porque el producto tenga ingredientes naturales es menos tóxico o pueda ser reincorporado más fácilmente al ciclo biológico. Se que esta decisión puede no ser tan fácil para algunas empresas, pero de este tipo de decisiones es que se trata la sostenibilidad y la economía circular es una herramienta para la sostenibilidad de las empresas.

Ahora vienen diferentes revisiones frente a los materiales que terminaron en rojo en mi semáforo de sustancias. Revise con los encargados de su sistema de producción si esas sustancias son estrictamente necesarias en el sistema de producción. Ojo, dije revise, no consulte con ellos porque directamente le dirán que todo se necesita. La revisión consiste en hacer pruebas donde no se incluya alguno de esas sustancias y luego observar el resultado. Por supuesto también está el tema de buscar sustitutos, donde no hay recetas completas, pero en las mismas bases de datos para la verificación de sustancias tóxicas existen algunas soluciones, por lo demás esto es un tema de investigación y desarrollo del que pueden salir muchas oportunidades.

Por último, revise en su semáforo qué residuos (independientemente del color) genera su producto. Si quiere, cuantifique en dinero lo que valen esos residuos y su respectiva gestión. Este es un indicador de mejora para su empresa. En la medida en que logre eliminar sus residuos, habrá encontrado opciones que le permiten generar abundancia… y lo pondré en todo el contexto de la sostenibilidad. Primero hay menos demanda de esos insumos. Segundo, si es una sustancia tóxica, disminuye el riesgo de enfermedad ocupacional de sus trabajadores. Tercero, se afecta menos el medio ambiente en un relleno sanitario o en un sitio de manejo de residuos peligrosos, y por supuesto se reduce la huella por el transporte de dichos residuos. Por último, se abre una ventana en las utilidades de la empresa que pueden destinarse para pagar la I+D+I en temas de sostenibilidad, pero que posteriormente le dará una ventaja competitiva a la empresa.

Aún nos quedan otros temas por revisar y en una tercera entrega hablaremos al respecto. Si quieres saber más, te recomiendo mi libro “Qué es eso de la Sostenibilidad? Empresas prósperas generando abundancia.”

Economía Circular en los Sistemas Productivos (1a Parte)

Escoja cualquier producto de su línea de producción. No importa cuál sea, vamos a hacer algo de reingeniería en unos pocos minutos. De ese producto necesitamos toda la información de la producción del mismo, es decir, necesitamos ingredientes, procesos de transformación, energía, agua y residuos. Ahora, vamos a encontrar que esta es la primera dificultad que tienen las empresas: la información es muy vaga o casi inexistente. Ese es un primer indicador de opciones de mejora para una empresa y hay que recordar que la economía circular busca procesos más eficientes, es decir, mejores.

Vamos a trabajar con la información que existe, en principio todos los materiales que componen el producto. Aquí puede que necesitemos ayuda de nuestros proveedores para que nos faciliten también los ingredientes de sus productos estrella que adicionamos a nuestro proceso. Piense por ejemplo en un pegante (o goma) o algo mejor, una tinta del empaque e inclusive el plastificante que utilizan para producir la bolsa en la que va resguardado su producto. Aquí puede encontrar algunas limitantes frente a la información que le suministran sus proveedores y se recomienda empezar a construir una relación más fuerte con ellos, basados en confianza y transparencia, para lo que por supuesto se pueden integrar cláusulas de confidencialidad que resguarden los secretos industriales.

Ya con los ingredientes que se tienen a mano, vamos a hacer la primera verificación de información. Para ello, vamos a buscar las sustancias que tengan un cierto potencial de toxicidad, entendida esta como un riesgo para la salud de sus empleados, sus consumidores y por supuesto los ecosistemas asociados a sus vertimientos, emisiones atmosféricas y residuos generados. Existen algunas herramientas que nos ayudan hoy para determinar estos riesgos entre las que se encuentran SIN List, Pharos, GreenScreen y C2C Product Innovation Institute. Si su interés es revisar más lo concerniente a temas de seguridad y salud en el trabajo mi recomendación es utilizar TOXNET. Por último, si su producto es un cosmético o es comida, los listados a buscar corresponden a las autoridades en el control de estos productos, donde la Unión Europea y la FDA poseen la mejor información a pesar de las diferencias entre estas dos instituciones.

Realice ahora la verificación de cada ingrediente donde en color verde identificará a aquellos que no poseen problema alguna, en amarillo aquellos que generan duda o que presentan algún tipo de preocupación general y en rojo los ingredientes problemáticos. Frente a cada ingrediente problemático o de preocupación, describa los problemas que presenta este material, tanto para la salud de sus consumidores como la de sus trabajadores. Ya tiene en sus manos un semáforo que le ayudará a mejorar su producto… queremos que todos los materiales se vean en verde. Ahora, el camino de mejor tiene diferentes opciones y de usted depende qué camino seguir. Podrá contar con un especialista que lo asesore, desarrollar nuevas materias primas, solicitar a su proveedor sustitutos, buscar otros proveedores, en fin, como ya mencioné, la opción está en sus manos.

En la segunda sesión de esta entrega sobre economía circular le indicaré qué más puede hacer con sus materiales, sus residuos y otras opciones que tiene en sus manos para mejorar su producto.

Si quiere explorar más opciones, por supuesto siempre encontrará más en mi libro ¿Qué es eso de la Sostenibilidad? Empresas prósperas generando abundancia.

Construcción Sostenible

El concepto de construcción sostenible lleva ya algunos años rondando y por supuesto mejorando. En el mundo podemos encontrar diferentes referentes como el LEED, BREEAM, CEEQUAL, así como algunas normas de la serie ISO que hacen referencia sobre el tema, como también otras iniciativas como Estidama que le apuntan más a desarrollos urbanísticos sostenibles. Todas estas iniciativas tuvieron origen en el Análisis de Ciclo de Vida(Life Cycle Assessment) y la Perspectiva de Ciclo de Vida (Life Cycle Thinking).

Algunos consideran los estándares como unas listas de chequeo que dan unos puntos que finalmente reflejan el nivel del “sostenibilidad” del edificio. Tienen y no tienen razón. La lista de chequeo es para tomar decisiones sobre aquello que se puede hacer, lo que interesa hacer y lo que es prioritario hacer. Termina pasando, como en muchos sistemas de gestión ambiental que se hacen los mínimos posibles, es decir, se revisa que el consumo de energía sea menor a una construcción tradicional, el consumo de agua también sea menor y que se contemple reutilizar el agua para algún fin.

La sostenibilidad no es un tema de mínimos posibles, de cumplimiento de leyes o haciendo lo básico que nos piden. La construcción sostenible es un tema de tomar las mejores decisiones que impacten tanto en el consumo energético, el consumo del agua, en los impactos de los materiales utilizados, el impacto de los escombros y residuos generados y la buena gestión y operación de la construcción por lo menos durante los próximos 50 años. No es tomar una foto del ya y ahora, sino de generar condiciones de mejora continua tanto en lo que impacta durante la construcción como en la operación de las edificaciones (que suele ser el mayor impacto).

Para un caso particular, quiero mencionar el caso Colombiano, que, a través de una resolución (549 de 2015) el ministerio de vivienda pretende promover la construcción sostenible y tan sólo toma los referentes de agua y energía. Asegura unos mínimos posibles dejando a un lado otras iniciativas que son valiosas como el manejo de las basuras, vertimientos, ventilación y confort, uso de iluminación natural, zonas verdes mínimas por habitante, entre otras, que no hacen parte del diseño arquitectónico en muchos de los casos.

Por otra parte, en este mismo escenario aplaudo la intensión de las iniciativas privadas que buscan obtener certificaciones LEED Platinum ®. Parte del problema está en la responsabilidad existente durante la vida de una edificación, donde una empresa desarrolla y vende, otra administra y en el caso de los proyectos comerciales y de vivienda, otros son los que generan los impactos en el día a día, que como mencioné son la mayor huella de una construcción. Por su parte, quienes le apuntan a estos estándares de construcción, normalmente son los desarrolladores del proyecto y ademas los que sacarán provecho de las reducciones económicas que la construcción sostenible les trae en el día a día, además de aportar a la sosteniblidad.

La situación en América Latina es similar al caso de Colombia, si bien muchos no han siquiera establecido los mínimos requeridos para las nuevas construcciones y son sólo las iniciativas privadas que abordan el tema de la construcción sostenible, ojalá con más terrazas (ayudan a disminuir huella de carbono y sirven como sistemas de captación de agua lluvia, así como mejoran el confort térmico de os edificios).

Quieres conocer más iniciativas de las empresas como aporte para la sostenibilidad, revisa el libro ¿Qué es eso de la Sostenibilidad? Empresas prósperas generando abundancia. 

Contaminación del aire en las ciudades… un mal común

El tema de la contaminación ambiental no es nuevo y seguirá siendo un problema por largo rato. A pesar que algunas ciudades han tomado medidas como las encaminadas a mejorar la calidad de los combustibles fósiles que se ofrecen a los usuarios de vehículos particulares y públicos, se han establecido políticas para desincentivar el uso de vehículos particulares, se han instalado bici-carriles para promover el uso de la bicicleta y se han puesto en funcionamiento sistemas de transporte público masivo, aún no se ve la mejoría y por supuesto esto tiene un costo oculto en las enfermedades respiratorias, en lavadas de fachadas e infraestructura, entre otros.

Pareciera que el problema no desapareciera y que en la medida en que se tengan episodios de inversión térmica e incendios forestales el problema parece aún mayor… y la verdad es que es un tema de la resiliencia ambiental. Lo intentaré explicar de forma sencilla, si bien es la capacidad del medio ambiente de recuperarse de una situación que implica estrés o impacto ambiental. Un ejemplo puede ilustrar mejor el tema. Todos nos hemos sentado alguna vez en el pasto y al levantarnos vemos cómo quedó nuestra marca en el pasto. Si pasamos luego de unas horas por el lugar, el pasto se habrá recuperado del estrés y no se notará que estuve allí sentado. Por otra parte si vuelvo ese pasto el sendero que todos los días cruzo para ir a mi lugar de trabajo, con el tiempo notaré que se deteriora hasta llegar al punto en que se morirá y sólo veré las raíces o el suelo. Si sigo pasando no se recuperará, pero si dejo de pasar un tiempo y elimino o disminuyo el estrés se recuperará con el tiempo.

Ahora bien, la calidad del aire de las ciudades es una mezcla entre las emisiones de fuentes fijas (las de las chimeneas de los sectores comerciales e industriales), las emisiones de fuentes móviles (los vehículos) y la contaminación de fondo que es un producto de lo que logra arrastrar el viento en su paso hasta llegar a la ciudad y por supuesto al salir de la ciudad también se llevará algo de la contaminación consigo. Por otro lado también está que un aire contaminado se puede limpiar de varias formas, pero digamos que principalmente depende de condiciones de rozamiento con obstáculos que retengan las partículas que carga, la precipitación que se pueda dar de los contaminantes y del intercambio que pueda hacer con algunos medios que pueden eliminar dichos contaminantes (adsorción y absorción).

Para mencionar un ejemplo de lo anterior, en Pekin hay un edificio (Clean Air Tower) que purifica el aire con  filtros y se tienen otras iniciativas como las Nanjing Green Towers que buscan resultados similares utilizando jardines verticales. Y aquí hay algo importante para mencionar y es la falta de zonas verdes por habitante que hay en nuestras ciudades. Cada vez hay más concreto y edificaciones que zonas de amortiguación y depurado del aire. Hacen falta más zonas verdes en las ciudades y bueno, se pueden integrar a la infraestructura existente al utilizar terrazas verdes y jardines verticales. También hay que integrar algunos ecosistemas, así sean artificiales (o mejor dicho antropogénicos) a la infraestructura de la ciudad. Ya tenemos plantas para depurar el agua, rellenos para tratar los residuos y nos hacen falta lugares para tratar el aire de nuestras ciudades.

Por supuesto no hay que bajar la guardia con las estrategias que busquen que se generen menos contaminantes (toda acción preventiva vale) y debemos trabajar en ayudar al medio ambiente a recuperar su equilibrio, a alcanzar su resiliencia para que de allí en adelante se pueda recuperar. La tarea es de todos y ánimo que usted no es el único que quiere hacer las cosas.

Impuesto a las bolsas plásticas

Imponer un impuesto a las bolsas plásticas o prohibirlas es una solución como la del padre que saca el sofá. El problema de las bolsas plásticas tiene diferentes aristas que hay que analizar y desde donde surgen unos puntos para mejorar, o si prefieren, unas alternativas para generar nuevos emprendimientos.

Empecemos por mirar la preocupación actual frente a las bolsas plásticas. Por un lado está el activismo ambientalista que nos muestra el problema de los microplásticos en los océanos y por supuesto también en otros ecosistemas, junto con la frase de que es un material que tarda 400 años en degradarse. Hay algo que no se mira aquí y es que si nos pasamos a utilizar otros materiales como el algodón, telas y el papel para reemplazar las bolsas que utilizamos, el impacto que habremos generado no será en los océanos, será en los suelos donde se cultive el algodón, o en las regiones donde se laven y confeccionen las telas o en la industria del papel. Esto es lo que se en términos ambientales se llama un “trade-off”, es decir cuando reemplazamos un impacto por otro y la decisión a tomar debe ser la mejor posible. Les debo decir que esta no e sla mejor decisión posible. He de aclarar que defiendo la existencia de la bolsa plástica por una razón y es que es la mejor forma para manejar los residuos en nuestros hogares sin pasarnos a un escenario de tener que gastar agua y detergentes en exceso, obviamente usando bolsas que no contengan perforaciones.

Ya con la preocupación vista, miremos las oportunidades que existen para mejorar el panorama de las bolsas plásticas. Por una parte, indudablemente hay que dejar de usar bolsas para todo y creo que eso hace que desaparezcan las bolsas pequeñas que nos entregan en las farmacias y en las ferreterías. También desaparecen las bolsas muy delgadas que además suelen perforarse y romperse con mucha facilidad. Nos quedan las bolsas que podemos reutilizar y que como en mi caso son las que utilizo para las canecas que tengo en mi casa. Unas perforadas para manejar residuos secos (normalmente las reutilizo hasta que toque cambiarlas), otras perforadas para almacenar los materiales potencialmente reciclables y las que no tengan perforaciones para manejar los residuos ordinarios que salen en la cocina.

En este punto nuevamente miremos una oportunidad. El material de la bolsa para manejar los residuos de cocina no debería ser un plástico, en su lugar debería haber un bioplástico (ojo que es diferente de los plásticos oxobiodegradables que también son parte del problema de los microplásticos) que se degrade con los residuos que lleva y que no termine siendo parte del problema de los microplásticos en los océanos y otros ecosistemas acuáticos y marinos. Por su parte, la bolsa para manejar los materiales potencialmente reciclables debe no sólo poderse reciclar, sino que debe existir un interés de las autoridades locales para existan empresas con la tecnología para reciclar este tipo de materiales. Indudablemente hay que hacer una reingeniería a los plásticos y sus compuestos para eliminar la toxicidad en su producción y el primer problema a atacar está en los plastificantes que tradicionalmente se usan.

Por último estamos nosotros como consumidores. Lo primero es que nos deben educar y esto nuevamente es deber de las autoridades locales y nacionales. Aquí hago un llamado a las autoridades frente a las políticas de educación ambiental y por supuesto a incluir fondos de educación en las tarifas de aseo o en impuestos a bolsas y productos desechables similares. Lo otro es que existan lineamientos claro, aplicables a todos los contextos (no sólo para las grandes ciudades) y por supuesto que se mejoren los servicios de aseo y alcantarillado que es una de las fuentes que logran llevar las bolsas hasta los ríos y de los ríos a los océanos.

Para finalizar resumo las oportunidades existentes frente al tema de las bolsas. Por un lado sustitutos para bolsas pequeñas de ferreterías y farmacias. Segundo educación para disminuir el consumo de bolsas y hacer un uso responsable de las mismas. Tercero, reingeniería de los plásticos de las bolsas para tener productos biodegradables de corto plazo o materiales inteligentes (una opción son los bioplásticos) y mejorar los ingredientes y espesores de las bolsas actuales para que sean más resistentes (menos perforaciones), menos tóxicas en sus procesos de fabricación y que sean reciclables. Por otra parte la función del Estado para garantizar infraestructura para el manejo de los residuos y el servicio de alcantarillado, políticas de educación ambiental claras, fuentes de financiación para la promoción de la educación ambiental (especialmente para los adultos en sus hogares) y promoción de emprendimientos con  tecnología adecuada para reciclar bolsas y otros productos plásticos que pocos procesan y manejan.

Como verán, el impuesto no soluciona el problema de fondo. Tan sólo logra desincentivar el uso y ese es tan sólo un puntico en la problemática.

San Valentín con Sostenibilidad

Hoy que se celebra la fiesta de San Valentín es una oportunidad más para hacer una celebración más sostenible y que genere abundancia (no sólo para los comerciantes). Empecemos por mirar qué detalles se pueden tener y cómo no es necesario pasar un escenario de derroche y lleno de elementos innecesarios que algunos llaman basura.

Todos los detalles se valen y por un segundo dejemos de un lado las redes sociales para copiar mensajes de otros que nos recordaron que hoy debíamos tener un detalle con ese otro ser importante para nuestras vidas. Oh bueno, utilicemos las redes como la excusa para hacer algo original y propio… que nos oigan la voz, que puedan ver nuestra caligrafía e incluso nuestras habilidades artísticas sin la ayuda de Photoshop… recuerden es sólo por hoy para aquellos que son smartphone dependientes. Si bien la tecnología de las comunicaciones tan sólo es responsable de un 10% del consumo energético mundial podemos ayudar con nuestra huella de carbono, pero lo más importante es ese contacto humano que retomamos que nos permite percibir la realidad del otro y no pensar en que es una gamificación o la nueva serie que dan en Netflix…. es nuestro otro significativo, esa persona que nos genera tantas emociones y alegrías y por la que somos capaces de generar cambios positivos… como este de dejar de usar la tecnología por unas breves horas de nuestra vida.

Ahora, para los que les gusta regalar y tener detalles materiales, vamos a evitar las flores… en mi país me dirían que cómo voy a promocionar esto si es parte fundamental de la economía… pero bueno, yo le diré que regale una planta, unas semillas y por supuesto flores que vengan de empresas que promueven el comercio justo (para no dejar sin trabajo a los floricultores en mi país)…. y recuerden evitar empaques que se conviertan en basura, sean originales y hasta se vale sin empaque.

Para los que les gustan las joyas, bueno están las herencias… esas joyas que pasan de mano en mano en tradición familiar son las mejores. Si tuvo más tiempo, lo felicito por haberse anticipado y haber llevado esas joyas que ya no utiliza o que le compró a quienes ya no las utilizan para mandar a elaborar una muy especial para una noche de celebración.

Si va a salir a cenar, recuerde saludar amablemente a todos los que le presten un servicio, desde el portero hasta el mesero y si se le cruza el chef por la mesa, también salúdelo y al salir no olvide dar las gracias y ser generoso con quienes en su vocación de servicio ayudaron a crear una noche inolvidable para ustedes. Los mejores restaurantes pueden ser los de comida de autor que mezcla muchos ingredientes locales para generar platos de talla internacional, a la vez que pueden encontrar que existen muchos dueños que promocionan la pesca sostenible, el comercio justo y el buen trato con toda su cadena de valor.

Podría recomendar muchos más planes, como un paseo nocturno en bicicleta o hasta una noche haciendo algún tipo de voluntariado. Lo importante es que sea una celebración con decisiones bien tomadas y que generen un impacto lleno de abundancia en la sociedad y en sus recuerdos.

 

Smartcities en América Latina

Las Smartcities están ocurriendo en todo el mundo, principalmente con la ayuda de los beacons, sensores y los dispositivos inteligentes (smartphones y smartTV) que ya poseemos, por supuesto respaldados por redes WiFi para el envío de información. Implica conectividad, toma de decisiones inteligentes, eficiencia en el uso de recursos y mucha información para tomar decisiones. También está involucrado el concepto del tiempo, ya que las ciudades se han vuelto más congestionadas y a veces el tiempo pareciera desvanecerse tan sólo en ir y volver del trabajo.

Los avances tecnológicos que han llevado a hablar de la Cuarta Revolución Industrial (Internet de las cosas, teléfonos inteligentes, Big Data, Inteligencia Artificial, drones, energías renovables, entre algunas otras) nos están permitiendo que las SmartCities sean una realidad. ¿Y esto para qué sirve? Por supuesto hay que definir un objetivo de la ciudad para enfocar la tecnología y sacar el máximo provecho. Hay quienes han utilizado el concepto de las SmartCities para hacer un mejor uso de la energía eléctrica en sus ciudades o para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Se puede también, tener como propósito que las personas vivan más felices en sus ciudades y esto va de la mano de condiciones de trabajo, seguridad, manejo del tiempo, conectividad y algunos otros factores particulares de cada cultura.

De pronto se debe estar preguntando qué son los beacons que mencioné anteriormente. Son pequeños dispositivos que contribuyen con la conectividad y permiten enviarle información a su dispositivo móvil a través del Bluetooth de Baja Energía (Bluetooth Low Energy) o de la red inalámbrica (WiFi). Funcionan como faros de navegación y se pueden utilizar para muchos fines, como por ejemplo para orientarnos en un museo o en un aeropuerto y para fines comerciales de las empresas. También hay beacons conectados a sensores que nos pueden indicar la temperatura e incluso la calidad del aire de un lugar para generar alertas.

No existen un prototipo único de Smartcity, realmente el desarrollo se va dando poco a poco gracias a la innovación y a los avances tecnológicos. También las ciudades miran sus propósitos a atender con la tecnología. Hay quienes han buscado, por ejemplo, mejorar la experiencia de los turistas en sus ciudades o se han enfocado en las personas discapacitadas. La tecnología hoy nos ofrece muchas alternativas para utilizarla y de nosotros depende hacer la integración de muchas de estos bloques tecnológicos para mejorar la calidad de vida de las personas. La imaginación es el límite.

Existe varias ciudades latinoamericanas que le apuntan al tema de las Smartcities. Han hecho una apuesta a tener una buena conectividad y a buscar alianzas público-privadas para desarrollar diferentes soluciones que por supuesto le mejoren la calidad de vida a las personas. A pesar de lo que se viene desarrollando, todavía hay todo un universo de posibilidades con las nuevas tecnologías y las necesidades insatisfechas que se van encontrando entre los ciudadanos y los problemas que afronta a diario la administración de una ciudad. Ya vemos soluciones de seguridad con drones y poco a poco se ven en el mercado soluciones aplicando el internet de las cosas. Indudablemente también se ve un avance en aplicaciones móviles y la integración de componentes tecnológicos que nos ayudan a mejorar la vida. Todavía nos falta mucho por ver y tenemos grandes retos por delante.

Por último he de decir que las Smartcities también le pueden apuntar a la sostenibilidad. En la medida en que manejo información y tomo decisiones con esa información, puedo hacer que la ciudad opere más eficientemente. Pensemos en la infraestructura de una ciudad y los servicios públicos que nos proveen. El transporte público puede operar con demanda en tiempo real, la energía se puede generar y distribuir en tiempo real y puedo tener sistemas de alarma y control en tiempo real. Puedo tener sistemas de recolección de basuras controlados por alguna señal en particular, en fin, las opciones que hay son casi infinitas y existe mucho por hacer en esta materia. No me queda más que decir que si tiene una idea al respecto empiece a crearla y pronto la verá en las ciudades más inteligentes del mundo.

Gestión de Residuos: una aproximación desde la Economía Circular

En la economía circular no hay residuos, se habla de nutrientes y materiales, unos que pertenecen al ciclo biológico y otros al ciclo técnico. Es decir, los residuos no existen porque hacen parte de los ciclos y se reintegran por un lado como nutrientes para mejorar nuestros suelos principalmente en la agricultura y por otro lado los materiales se valoran como materiales y van a ser reutilizados constantemente. Basura cero dirían algunos, otros verían el concepto de basura de los chinos, donde la palabra que se utiliza para hablar de residuos es la misma que para hablar de recursos mal ubicados. Esto iría de la mano con el dicho “la basura de alguien es el tesoro de otro” y esto no aplica solamente a quienes tienen un sustento a partir de los residuos.

La jerarquía de la gestión de los residuos establece que lo primero que se hace es trabajar para evitar que se generen residuos. Esto nos lleva a varios escenarios. El primero es el del consumidor, donde se debe educar para comprar adecuadamente y para no comprar cosas innecesarias. Lo segundo está en los productores, donde se requiere eliminar todo empaque innecesario y por supuesto, hacer que tanto empaque como producto sean parte de los ciclos biológicos y/o técnicos. No es que el empaque y el producto sean reciclables (y muchos creen que como es de plástico inmediatamente lo convierte en reciclable), sino que aporten valor a algún ciclo. Las empresas deben pensar que si mañana la ley les exige responsabilidad extendida sobre sus productos (lo que también se denomina responsabilidad postconsumo) puedan hacer algo productivo y que genere valor con lo que retorna a sus manos.

En el tema de los materiales y los residuos hay que hacer una valoración económica. Pensemos en un envase de bebidas hecho de algún plástico, puede ser polietileno de alta densidad, polipropileno o PET. El envase le puede costar a una empresa entre 5 y 50 centavos de dolar (según material y tamaño), precio que por supuesto le tramite al consumidor. ¿Podría el productor devolver este mismo dinero al consumidor si este retorna el envase? Si vamos a un escenario de reciclaje, el mismo envase probablemente vale entre un 10 y 30% de su costo original… claro hay que agregarle valor al lavarlo, quitarle las etiquetas (y a veces el pegante) indeseadas que normalmente son en PVC, retirar la tapa y separar los diferentes materiales. Aún así, no recuperaremos más del 70% del valor, porque por supuesto la energía embebida en el proceso de inyección y soplado del envase no regresará, así como el valor agregado por el transporte y en algunos casos los costos de desinfección del envase antes de su llenado.

El problema, aunque puede parecer complejo se puede empezar a resolver. La tecnología hoy nos permite, por ejemplo, retirar la marquilla en PVC para reemplazarla por grabados permanentes, si bien es un tecnología que aún requiere desarrollarse aún más. Ya existe tecnología para convertir una botella usada en una nueva botella (hay cuestiones higiénicas y de resistencia de materiales involucradas) que pueden aprovechar parte de la energía embebida en los materiales. Y por supuesto le podemos dejar el lavado y cuidado del envase a los consumidores para que sean parte importante del proceso y que ojalá las empresas y los gobiernos los eduquen para que hagan bien su trabajo.

Aunque el tema de la economía circular parezca utópico ya muchos están trabajando en esto. Por supuesto hay algo que considerar y es que los materiales actuales eventualmente hay que desecharlos, por lo que seguiremos teniendo soluciones de final de tubo (rellenos sanitarios, incineradores y algunos otros sistemas) para poder manejar estos residuos.

Como verán, este es tan sólo un pequeño ejemplo del reto que tenemos que abordar en el manejo de las basuras, que usualmente se hace ya cuando el residuo se generó y no hay nada más que hacer que tratarlo. El tema hay que verlo desde la holística, o si quieren de la cuna a la cuna, para allí encontrar el potencial de mejora para rediseñar cadenas productivas y por supuesto dejar de generar residuos innecesarios. Por último, el papel de nosotros como consumidores informados es fundamental.

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Los Millenials y la Sostenibilidad

Mucho se ha hablado acerca del comportamiento de los millenials y recientemente se han realizado varios estudios al respecto. Son una generación que indudablemente siente la necesidad de dejar huella en el mundo, de transformar lo malo (o lo bueno que hemos dejado de hacer) de las generaciones anteriores. Para ellos los problemas ambientales y la injusticia social los ha marcado y se sienten con deseos de cambiar la realidad, además de todo utilizando la tecnología como una herramienta infaltable.

Esta es una generación a la que hay que acompañar en sus pasiones; a la que no se le debe decir “no se puede”, sino “¿cómo lo hacemos posible?”. Hay que escucharlos porque primero son los que empiezan a mover una fracción considerable de la economía del mundo y porque son el presente de las organizaciones. Ellos esperan mucho de las empresas y de la responsabilidad de las mismas. Su propósito de cambiar el mundo se debe ver reflejado en las empresas en las que trabajan o sino prontamente abandonarán las empresas para ir detrás de sus sueños. Son emprendedores y aunque a veces no los entendemos son dedicados a lo que les apasiona.

Hoy los millenials son el reto de las empresas. Ya no son los babyboomers con deseos de estabilidad laboral, carro, casa y beca. O tampoco los de la generación “X” que somos grandes competidores y diría que a veces hablamos de más frente a lo que hacemos, si bien somos trabajadores incansables que buscamos un equilibrio en nuestras vidas. Los millenials parecieran no tener sentido de pertenencia en las organizaciones, pero si están allí es porque algo de la empresa los atrajo y cuando se van es porque dejaron de sentir esa pasión o algo cambió al interior de la organización.

La idea de un mundo mejor les apasiona y ya los vemos siendo parte de marchas por la educación, en contra de la corrupción de los políticos, en contra de empresas involucradas en malas prácticas, en fin en todo lo que nos saca a relucir los aspectos de la humanidad que debemos cambiar. Ya los vemos siendo grandes agentes de cambio y como lo mencioné antes, llevan en la sangre el ADN de la sostenibilidad o por lo menos de la mejor humanidad que sueñan.

¿Quieres saber más de esto? Te invito a que lo leas en mi libro ¿Qué es eso de la sostenibilidad? Empresas prósperas generando abundancia.